La planta del tabaco se originó en el continente americano, donde los pueblos indígenas le dieron un uso ritual, medicinal y hasta alimenticio.

El tabaco llegó a Europa como resultado de la conquista de América, logrando rápidamente popularidad entre la población como un producto multiusos al poder masticarse, aspirar y desde luego fumar.

En México, la Corona Española buscó tener el monopolio en su cultivo, procesos y venta de las hojas, lo que representó una de sus mayores fuentes de riqueza.

Tras la Independencia, el cultivo del tabaco se entregó a particulares. La región de Los Tuxtlas, en Veracruz, se convirtió en un centro cosmopolita de enorme intercambio cultural y tecnológico, gracias a las nuevas empresas tabacaleras y los inmigrantes que aportaron a esta industria… Cubanos, ingleses, alemanes, belgas y holandeses.

Así, el Puerto de Veracruz se convirtió en la principal puerta de exportación del tabaco Mexicano, lo que impulsó aún más el crecimiento de zonas de cultivo veracruzanas, que se extendieron desde Orizaba hacia San Andrés Tuxtla y Acayucan.

La industria creció a un ritmo sostenido hasta estallar la Revolución Mexicana, que junto con otros factores provocó un serio declive de la actividad y la industria tabacalera nacional durante muchos años.

Hoy, un grupo de productores y empresarios del país reescribimos la historia del tabaco Veracruzano, no sólo rescatando la calidad que le dio fama en el nivel mundial, sino colocando a México nuevamente en el mercado internacional, con productos que hablan por sí mismos de una gran empresa… CASA TAFISA.

 

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