NUESTROS TABACOS

SEMILLAS
El proceso del tabaco empieza al seleccionar las semillas, que recuperamos de las plantas más sanas de nuestros campos. Las catalogamos de acuerdo con su tipo de suelo de procedencia, que determina la resistencia al frío, humedad y enfermedades.

GERMINACIÓN
Con las labores en vivero las semillas germinan y durante cinco o seis semanas la plántula se desarrolla sana, protegida de insectos.

LA TIERRA
Los Tuxtlas poseen gran variedad de microclimas y suelos, que van de las tierras volcánicas de las montañas, a las barrial-arenosas del valle. En su preparación, además de arado, rastreo y limpieza, le aplicamos nutrientes orgánicos.

TRASPLANTE
Con el trasplante inician las llamadas Labores Culturales: una serie de procesos, también manuales, que incluyen la fertilización, deshierbe, el soporte de la planta y la oxigenación de la tierra mediante cultivadores.

PROCESOS INTERMEDIOS
Iniciamos con una fumigación preventiva que se apega a las normas de las autoridades sanitarias; el resto de las aplicaciones corresponde a productos orgánicos. Retiramos las hojas cercanas al suelo y cortamos el botón, diseñando plantas con un máximo de 16 hojas, que mantenemos libres de brotes.

LAS HOJAS
La cosecha inicia entre 70 y 80 días después del trasplante y hacemos el corte surco por surco y planta por planta, de abajo hacia arriba. Por la genética de la variedad, pero también gracias a nuestros cuidados, obtenemos hojas de 20, 30 y más pulgadas de largo, y de 12 a 15 pulgadas de ancho.

SECADO
Las hojas se trenzan y ensartan en hilos que durante cerca de un mes cuelgan en una galera, donde se deshidratan por medio de aireación, con humo y con calor. Durante las noches prendemos madera de árboles de especies locales, como el mango y el palo mulato.

COCIDO
Acomodamos las gavillas o manojos para armar un bulto de hasta 3 toneladas de peso, llamado troja, que envolvemos con petates o manta. A lo largo de tres meses el tabaco se cuece en su propio jugo, y al alcanzar 45 ó 50 grados se mueve para oxigenar y reacomodar las hojas, garantizando un proceso uniforme.

FERMENTACIÓN
La fermentación implica tiempo y es un punto clave, cuya mecánica nos reservamos. Baste mencionar que eliminamos el amoniaco y nitrógeno propios de las hojas, y la operación se repite luego de ciertos periodos de oxigenación y reposo.

AÑEJAMIENTO
Determinamos nuestras clases de tabaco: capas primera, segunda y tercera, así como tripa. Sellamos el producto, envuelto en pacas de manta de algodón de 68 kilogramos o 150 libras, a las que damos un manejo adecuado hasta embarcarlas hacia su destino final.